Por: Ernesto Moreno Ampuero
El literato Manuel Gonzales Prada, sorprendido por la corrupción y desorganización reinante en nuestro país _según él causas de la derrota durante la Guerra del Pacífico_ aseveraba que: “el Perú era un organismo enfermo, donde se pone el dedo brota la pus”. Esta lapidaria frase, a más de un siglo de pronunciada, cobra vigencia en la actual coyuntura futbolística.
Ayer sábado 18 de febrero del 2012, todos fuimos testigos de un triste capítulo más de la historia de nuestro fútbol. El torneo descentralizado se inició de la peor manera posible. La huelga indefinida promovida la noche del viernes por la Agremiación, en respuesta a la intransigencia de la ADFP y FPF de renegociar en un plazo justo las deudas del 2011 _a la que se sumaron en solidaridad los planteles profesionales de los clubes más responsables del medio_ refleja el más alto grado de informalidad, incapacidad y caos en el que ha caído hace años nuestro sistema deportivo.
Tras la medida radical adoptada por la Agremiación se sucedieron increíblemente actitudes matonescas y bravatas baratas de las autoridades de los entes deportivos que conminaban a los agremiados a deponerse en su medida. Fue penoso escuchar las amenazas del presidente de la FPF, Luis de Souza Ferreira, de declarar ilegal la huelga y denunciar por abandono de trabajo ante el Ministerio a los huelguistas, en vez de suspender momentáneamente el campeonato para continuar con el diálogo. Por su parte, Manuel Burga, mandamás de la FPF, puso la cereza del postre al afirmar que los clubes que firmaron las bases del torneo avalaron la discutida refinanciación de las deudas del 2011 en 24 meses pues ello se encontraba estipulado en el documento.
En este escenario Sporting Cristal, institución modelo de gestión deportiva, en cumplimiento del marco legal decidió presentar ayer un plantel de emergencia con reservistas y juveniles en los partidos que ganó al Cobresol de Moquegua. Los jugadores del primer equipo emitieron un comunicado en el que apoyaban la huelga de sus compañeros de profesión y no se presentaron. El presidente cervecero Felipe Cantuarias, luego del partido, fue rotundo en sus declaraciones ante la prensa. Los clubes serios y responsables no tolerarán más esta situación y pidió a las autoridades competentes poner mano dura en el asunto. Si se tiene que descender a los clubes morosos que generan el caos y desorden institucional pues que se los sancione.
Esta crisis ya tuvo su primera víctima. Y como siempre justos pagan por pecadores. La USMP, a través de su gerente Álvaro Barco, anunció en la tarde de ayer que se retirará del torneo y que el club paralizará sus labores deportivas profesionales debido a que sus jugadores no viajaron al partido que tenían en Arequipa a pesar de que tenían la orden de hacerlo.
Nuestro fútbol ha colapsado por culpa de la ADFP y FPF al permitir que la incapacidad de la dirigencia de los clubes deudores haya llegado al extremo que hoy todos conocemos. En su debido momento, estos organismos debieron fiscalizar y castigar a los clubes que por incumplir sus obligaciones económicas y maltratar tantos años a los futbolistas han hecho un daño enorme e irreparable a nuestro fútbol.
¿Se vislumbra alguna solución? Al parecer no. La Agremiación se mantiene firme con la huelga hasta que la ADFP acepte su propuesta. Y la ADFP en la suya de renegociar la deuda en 2 años. Esperemos pacientemente que en las próximas horas y días el tema llegue a buen puerto y se dé una adecuada solución por el bien de nuestro fútbol. Los clubes deudores no deben ser beneficiados con más impunidades. Es ilógico que pongan a su sola voluntad el plazo para cumplir sus obligaciones retrasadas. Finalmente, los clubes bien organizados no deben resultar ser los más perjudicados con estos lamentables hechos. Al contrario, se les debe incentivar por hacer bien las cosas.